viernes, 27 de abril de 2012

Tolerancia cero: Mito peligroso o solución a la inseguridad ciudadana

TOLERANCIA CERO: MITO PELIGROSO O SOLUCIÓN A LA INSEGURIDAD CIUDADANA. En 1982 se publicó en la revista “The Atlantic Montly” (una publicación cultural de masas y no criminológica) , bajo la autoría de los profesores universitarios James Wilson y Georges Kelling de Harvard ,un artículo que utilizaba el término “tolerancia cero” ,para definir una doctrina encaminada a castigar severamente cualquier infracción legal, reduciendo al máximo el retardo entre la comisión del delito y la respuesta judicial. Se abre así una nueva propuesta destinada a soslayar las circunstancias atenuantes a la hora de castigar un delito , aplicando la máxima sanción legal prevista para el ilícito en cuestión . Esta doctrina ha sido puesta en práctica en la ciudad de Nueva York, desatando las más dispares apreciaciones Sus autores utilizaron una parábola contemporánea para generar adhesiones. Se ilustra a través de la analogía con un edificio con las ventanas rotas. Si un cristal de un edificio que se rompe y no es inmediatamente reparado , algunos podrían deducir que el edificio esta abandonado o en ruinas , y ello generaría seguidamente que todos los restantes cristales sean rotos. En otras palabras , los delincuentes ante la falta de preocupación de quienes cuidan del edificio ,se decidan a ir por todos los cristales .Lo propio podria ser trasladado al fenómeno delicitivo en una sociedad, a criterio de dichos autores. Esta teoría se asienta sobre dos postulados fundamentales : Si el responsable de una infracción no es condenado inmediatamente, se le incita a reincidir. Si los responsables de infracciones no son condenados cada vez con toda la severidad que la ley permite , de forma progresiva pasarán de los pequeños delitos al crimen. Sobre dicho eje argumental ,se pretende que la única forma de impedir la escalada de infracciones es actuar inmediatamente en cada una de ellas y de manera contundente, condenando inmediatamente a los responsables. De esta manera se les daría el mensaje de que de toda acción delictiva en contra de la sociedad, tendrá una respuesta inmediata y severa e implicaría la desaparición de la “ sensación de impunidad “. El paradigma de New York: Dicen los defensores de esta doctrina que Hace 30 años caminar de noche por las calles de Manhattan era sumamente peligroso . Un explosivo coctel de vandalismo juvenil, estupefacientes y corrupción policial arrojaba cifras alarmantes: seis asesinatos, ocho violaciones y otros 410 delitos violentos por día acaparaban las tapas de diarios, que titulaban "La Gran Manzana... podrida", en alusión a la ciudad de New York . También quienes sostienen la validez de este paradigma , dicen que hoy Nueva York está mucho mejor y basta un paseo nocturno por alguno de sus otroras considerados barrios violentos ,para entender por qué ahora es considerada la ciudad más segura de los Estados Unidos. Atribuyen la transformación radical de esta metrópoli de mas de ocho millones de habitantes a la aplicación de la política de seguridad conocida como "tolerancia cero". Dicho vector ideológico en materia de seguridad ,se tradujo en la contundente baja del índice criminal el 77% entre 1990 y 2007, por lo que esa ciudad ya es considerada en el mundo un paradigma en la lucha contra el delito urbano. En 1994 por el entonces alcalde de la ciudad, el republicano Rudolph Giuliani,tomo este formato conceptual y dispuso la aplicación de una serie de medidas simples: La prevención de crímenes, la multiplicación de efectivos policiales en las calles, se restableció el vínculo de confianza entre la policía y los vecinos, se enfatizo en la prevención como eje central del modelo .Se comenzaron a perseguir determinadas contravenciones graves o delitos menores, desde los conumidores de estupefacientes y alcoholizados en la vía pública, las pintadas de graffitis, evadir los molinetes del metro , ofrecer sexo a los transeuntes, etec. "La policía debe sancionar todas las infracciones, por más insignificantes que parezcan, porque la sumatoria de esas pequeñas faltas crea un clima de desorden e inseguridad que favorece la irrupción del delito", explicó al diario LA NACION durante una visita a la Argentina el entonces jefe de policía de Nueva York, William Bratton, quien fue el jefe de una fuerza de unos 37.000 hombres que "limpiaron" la ciudad. Tras dejar el cargo se transformó en un "predicador " de la "tolerancia cero", para transmitir su experiencia en distintas ciudades del mundo acosadas por el delito. El mismo Bratton llegó a decir que “La causa del delito es el mal comportamiento de los individuos y no la consecuencia de condiciones sociales” Tuvo superlativa importancia en la implementación de esta política de seguridad ,la instrumentación de un sistema informático para la prevención del delito que resultaría fundamental: el Compstat, una base de datos estadística. Esta herramienta de gestión recopila, procesa y analiza a diario miles de cifras y estadísticas criminales en tiempo real. Los resultados son reflejados en un gigantesco mapa del delito que permite conocer al instante las zonas más críticas de la ciudad, detectar tendencias de nuevos tipos de crímenes y evaluar la acción policial cuadra por cuadra. Críticas doctrinarias En el polo dialéctico se encuentran muchos doctrinarios que refutan la política de tolerancia cero con encendidas críticas . Se ha sostenido desde su inicial implementación , que no detiene en absoluto la violencia, ya que en realidad el contexto social , económico y cultural influye mas que los catigos en la disminución de la violencia social . El eje de la tolerancia cero es netamente represivo y no preventivo como se pretende, siendo esta una de las críticas mayoritarias , según esto, la tolerancia cero no ataca más que las consecuencias de las infraciones y delitos ,pero de ningun modo se trabaja sobre las causas que los originan .Ello parece razonable tomando en cuenta que se prescinde del aspecto sociológico de la delicuencia ,como resultante de la ecuación exclusión-marginalidad, y por ello mismo , solo reprime pero no evita que se sigan generando delitos. Que las minorías sexuales, los grupos etnicos definidos, como los latinos y negros ; los consumidores de tóxicos; quienes ejercen la prostitución y demás colectivos diferenciados , considerados por las autoridades a priori como peligrosos o distintos forman un “ellos” diferente del “nosotros” de los incluidos en el sistema , por eso mismo , se ven desplazados por motivo de la presión policial. Se conforman así verdaderos guetos humanos en los suburbios de las grandes ciudades , y se van desplazando paulatinamente a las zonas periféricas para huir de la represión sistemática de la policía. Desde allí resisten sabiendo que tal vez nunca o muy dificilmente logren ser incluídos . Dichos colectivos , al ser conscientes de que la condena será talionalmente severa para toda una categoría de delitos sin matices de intensidad o perjuicio , podrían optar por acometer los que mayores beneficios les reporten a igualdad de penas , teniendo siempre presente que por su condicion marginal ,siempre “estarían jugados”. La tolerancia cero es refractaria al principio de progresividad de la pena , y por eso mismo se pierde la posibilidad de trabajar sobre los internos con proyección a una futura inclusión social .Desde la faz penitenciaria esta política se transmuta en la pérdida de beneficios como las salidas anticipadas y todos los permisos que paulatinamente el individuo podría ir ganado como reconocimiento a su comportamiento. Quizas las mas sonoras críticas estriban en que, en el paradigma neoyorquino , aumentaron las quejas contra la policía en un 41 % respecto de los años anteriores a su implementación y es porque los policías, en nombre de la "tolerancia cero", avasallaron no pocas veces libertades individuales, sobre todo de afronorteamericanos y latinos. Esta presión ,genera una sensación de impunidad que degenera en actitud agresiva de la policía hacia aquellas personas que controlan. La otra cara de la moneda es siempre la reacción hostil de las personas controladas, y a su vez una nueva réplica policial ,recreando una eterna dialéctica de violencia . En estos modelos resulta frecuente que la policía responda de forma desproporcionada a la mínima resistencia por parte de las personas controladas, cuando la mejor opción sería tratar de calmar al sujeto. Las minorías étnicas como todo el colectivo de diferentes ( “ellos”) perciben a las fuerzas policiales como represores y siempre aflora el recelo a la hora de ser interceptado, cuando más no sea para pedir identificaciones. La sensación de temor generalizada puede llegar aún al “nosotros” -los incluídos- a medida que aumenta el poder punitivo encarnado en la policia legitimada por un estado gendarme. CONCLUSIONES: A nuestro humilde criterio ,la “tolerancia cero” es una táctica o estrategia y no una política criminal ,con el único objetivo de prevenir la criminalidad ,consistente en un conjunto de medidas que eslabonan el Estado con la policía habilitando la aplicación de “mano fuerte” sobre personas “sospechosas” en el afán de devolver la “sensación de seguridad” a la ciudadanía, pero soslayando que abordar la cuestión de la seguridad desentendiendose de los factores sociales restantes ,además de netamente utilitario es éticamente inaceptable, ya que siempre los más debiles ,los indeseables, los incivilizados , serán los controlados ; mientras que los más poderosos, quienes cometen los delitos que causan el mayor daño social y diseñan estas politicas oportunistas , nunca serían alcanzados por dicho control. Utiliza una premisa falsa: las “personas sospechosas” porque han cometido un delito , pueden volver a cometerlo y se les aplica “mano dura” , mientras que la alta criminalidad ,por ejemplo la criminalidad económica o de cuello blanco ,queda fuera de estos dispositivos . La pequeña criminalidad ,la de los pobres es el objeto exclusivo de persecución para la tolerancia cero. Bien lo refleja Alvaro Rolando Perez Pinzon (Panorama de las ideas criminológicas en la actualidad, en Dogmatica y criminología, legis ,pag 482) al señalar que la tolerancia cero se vale de mucho medios para enfrentar la peligrosidad y la delincuencia callejera. Así, por ejemplo, las redadas, las visitas inesperadas a determinados lugares, el seguimiento policial de ciertas personas, la exigencia de documentos relativos al pasado laboral, educativo y hasta familiar, la conducción a estaciones de policía para reconocimientos, y la generalización de la sospecha. En el campo concreto del derecho penal, escoge a sus destinatarios, disminuye la edad de la imputabilidad penal, acelera los procedimientos en desmedro de los derechos de los acusados, incrementa con fuerza las penas privativas de libertad, construye cárceles de máxima seguridad, restringe en suma, las garantías ciudadanas . Por otra parte revive los testigos reservados, premia a los delatores, abre las puertas a los infiltrados, agentes provocadores o encubiertos, elastiza los medios de prueba en violación de los derechos fundamentales, mira a cualquier persona “sospechosa” como enemigo y en lugar de un derecho penal de mínima intervención ,propicia la aparición de un derecho penal enmarcado en un Estado máximo. En síntesis, siendo su objetivo los individuos del escalón más bajo de la escala social ,los poderosos nunca serán alcanzados por estas teorías utilitarias ,mientras que la corrupción estructural de los sistemas políticos contemporáneos seguirá causando estragos y arrojando millones de personas a la exclusión y la marginalidad todos los días. Sergio Manuel Terron.

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